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Las Bromas de Rana Juana

El Dragón Enano

Todos los cuentos de este blog han sido creados con mucho amor por Mª Teresa Carretero. Espero que los disfrutéis 🙂

Juana era una rana muy traviesa. Su mayor diversión era gastar bromas, pero a veces eran bromas pesadas que no hacían reír a nadie.

Una mañana se levantó y dijo: hoy le gastaré una broma al árbol anciano; y eso hizo. Salió de su charca, se acercó al árbol y le dijo: Oye, árbol, ¿no hueles a quemado? –Yo no, dijo el árbol. Pues a mí me ha avisado un pajarillo que tu copa estaba ardiendo… y sí que está ardiendo.

El árbol comenzó a gritar: Socorro, socorro, fuego. A mí, ayuda, a mí.

Enseguida los animalillos del bosque se acercaron con cubos de agua y arena intentando apagar el fuego. Entonces se dieron cuenta de que no había ningún fuego y vieron a la rana Juana reír a carcajadas.

“Ja, ja, já” rió Juana; ¡era una broma! ¿No os divierte? ¡Si hubierais visto la cara del árbol cuando le he dicho que estaba ardiendo! Ja, ja, ja, era divertidísimo.

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Los animalillos del bosque le reprendieron: ¿Cómo te vamos a explicar que esas bromas no se hacen?

Pero a mí me gustan y me divierten, respondió la rana Juana. –Y el conejito contestó: ¡pero a los demás no! Si quieres seguir siendo nuestra amiga, no puedes gastar bromas como esa. -¿Y entonces, cómo me divertiré? , preguntó la rana Juana. –Pues jugando a otras cosas y aprendiendo a hacer bromas que no molesten ni asusten a nadie, respondió el conejito.

Y así aprendió la rana Juana que las bromas nunca han de servir para molestar o hacer daño a los demás.

FIN

©M. T. Carretero

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